
Novedades en la terapia robotizada en la rehabilitación post-ictus
sanitarios actuales. Uno de sus objetivos es intentar adaptarse, evolucionar y redefinir su nuevo papel en el entorno actual.
La rehabilitación post-ictus es fundamental en la recuperación funcional de los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular, ya sea isquémico o hemorrágico. Ambos tipos de evento generan daños neurológicos significativos que comprometen la movilidad, la coordinación y las funciones cognitivas.
A pesar de estas secuelas, el sistema nervioso central conserva una capacidad inherente de reorganización llamada neuroplasticidad, que permite la recuperación de funciones a través del establecimiento de nuevas conexiones neuronales. Así, la terapia robotizada ha surgido como una herramienta innovadora que complementa las estrategias convencionales de rehabilitación mediante el uso de tecnología avanzada para promover la recuperación motora.
Pese a todo, persisten barreras significativas, como los altos costos, la necesidad de formación especializada del personal y los desafíos de adaptación por parte de los pacientes. Asimismo, las inequidades en el acceso limitan su alcance en poblaciones vulnerables. Por tanto, la terapia robotizada representa una opción prometedora, pero su implementación efectiva requiere abordar estos retos desde una perspectiva integral, clínica y ética.
La tecnología robótica a los programas de rehabilitación supone nuevas posibilidades terapéuticas. La terapia robotizada ha emergido como un complemento innovador y eficaz, aportando beneficios tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud.
Robots exhoesqueléticos
Esta tecnología permite ofrecer sesiones más intensivas, repetitivas y precisas, lo que facilita una estimulación constante del sistema nervioso central y puede traducirse en mejores resultados clínicos. Además, al reducir la carga física sobre los terapeutas, permite optimizar los recursos humanos disponibles y ampliar el acceso a terapias personalizadas.
La rehabilitación asistida por robot puede mejorar significativamente la función motora, especialmente en las extremidades superiores, y contribuir al entrenamiento cognitivo de los pacientes post-ictus.
Dispositivos como los robots exoesqueléticos y los sistemas de efectores terminales han mostrado ser particularmente útiles para restaurar la capacidad ambulatoria, facilitar la marcha y mejorar la eficiencia energética durante la locomoción. Estas herramientas ofrecen no solo una asistencia mecánica precisa, sino también retroalimentación sensorial y visual en tiempo real, lo que promueve el aprendizaje motor y la motivación del paciente.