La tecnología Generative Pre-trained Transformer o GPT se ha posicionado como la novedad del momento. Este sistema de lenguaje autoregresivo tiene también su uso en el entorno de la salud, pero su regulación genera dudas.

Cada día se descubre un nuevo uso de la Inteligencia Artificia (IA). Este ritmo frenético de nuevas posibilidades no deja de crecer, y con él, las posibilidades de esta poderosa herramienta que vuelve a cobrar de nuevo protagonismo, esta vez asociada a la tecnología Generative Pre-trained Transformer o ChatGPT, un modelo de lenguaje desarrollado por la compañía  

Su denominación procede de la palabra chatbot y de GPT,  el acrónimo de Generative Pre-trained Transformer. El sistema no funciona como un motor de búsqueda y no está conectado a internet de manera que toda la información de la que dispone el chatbot está alojada en servidores y en la nube.

Precisamente esta tecnología se está utilizando para conseguir información relacionada con la salud, aunque con una regulación poco clara por el momento.

¿Una tecnología predictiva?

Desde escribir artículos científicos, responder consultas relacionadas con la salud o ayudarnos a entender informes médicos. Sus aplicaciones son numerosas pese a los problemas que genera su regulación.