Viedeojuegos y habilidades cognitivas infantiles
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¿ Tienen relación los videojuegos y el desarrollo cognitivo en la etapa infantil? Un estudio publicado en la revista Jama intenta responder a esta cuestión.
Los videojuegos están alterando la neurocognición de los adolescentes y los adultos jóvenes, según un estudio publicado recientemente en la revista Jama Network Open. Precisamente el tiempo que dedican a esta actividad ha hecho que aparezcan tanto detractores como grupos a favor de su uso: los jugadores de videojuegos; los padres; los educadores; los profesionales de la salud y los gobiernos. China, por ejemplo, impuso recientemente una regla a nivel nacional que limita los videojuegos en línea a 3 horas a la semana para proteger a los jóvenes, mientras que los defensores de los videojuegos en todo el mundo han afirmado beneficios tanto educativos como cognitivos para los participantes.
Con el objetivo de aclarar el impacto de los videojuegos en la salud personal y social, los neurocientíficos han investigado los efectos de los videojuegos en el cerebro humano, un esfuerzo que ha incluido muchos estudios de resonancia magnética funcional (fMRI). Los investigadores estudiaron las ramificaciones neurocognitivas de jugar videojuegos mediante el análisis de datos de IRMf disponibles públicamente de la cohorte de estudio de Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente (ABCD) patrocinado por los Institutos Nacionales de la Salud.
Entre alguno de los resultados extraídos del estudio, los investigadores indicaron que los niños de 9 y 10 años que jugaban al menos 21 horas de videojuegos por semana demostraron niveles más altos de rendimiento en la memoria de trabajo emocional fMRI (n = 679) que los que no jugaban videojuegos de forma rutinaria.
Posible beneficio
Como conclusión de este trabajo sugieren posibles beneficios para los videojuegos en el ámbito de la memoria de trabajo y la inhibición de la respuesta ejecutiva. Sin embargo, persisten lagunas sobre el tema, incluidos problemas como la causalidad, la influencia de los estilos de los videojuegos y el impacto de cualquier sesgo introducido por un entorno de prueba basado en video.
Se requerirá mucha investigación futura para abordar tales déficits de conocimiento antes de que la evidencia científica pueda guiar las recomendaciones de salud o la política social.