Un grupo de científicos crea una cápsula tragable para identificar problemas intestinales

C ientíficos  de la  Universidad Heriot-Watt y la Universidad de Birmingham han desarrollado una cápsula tragable, dotada de hasta cinco sensores capaces de identificar problemas de movimiento intestinal en los pacientes.

 

Las cápsulas endoscópicas, en las que los pacientes tragan una cápsula que envía imágenes de forma inalámbrica, han marcado un avance significativo.  Gracias a un proyecto desarrollado por inverstigadores de la Universidad Heriot-Watt y la Universidad de Birmingham, con colegas de la Universidad de Edimburgo, se ha creado una cápsula ingerible dotada de sensores que pueden detectar la presión en el intestino de un paciente y detectar puntos de falla.

 

Una de las novedades de este trabajo es que en lugar de simplemente tomar imágenes del interior del intestino, el sistema detectará si se está contrayendo, cuánta presión se ejerce y exactamente dónde podría estar inactivo.

 

La cápsula tragable tiene  3 cm de largo y 1 cm de diámetro y está dotada de hasta cinco sensores muy finos, todos del grosor de uno o dos cabellos humanos. Los sensores de presión miden el movimiento y la actividad a lo largo de ocho o nueve metros del tracto gastrointestinal. Identifican regiones donde no hay movimiento del intestino, donde el intestino funciona como se esperaba o donde hay un movimiento inesperado.

 

Estos sensores de presión son capaces de monitorear toda la longitud del tracto gastrointestinal, unos ocho o nueve metros, detectando zonas de inactividad, funcionamiento normal o actividad inusual. 

 

 

Preparación tecnológica

 

Según  uno de los investigadores, el dispositivo es extremadamente resistente debido a la cantidad de sensores y su flexibilidad: seguirá funcionando incluso si está dañado. Asegura que  han intentado que no raye ni dañe el intestino de ninguna manera al hacer que los sensores sean muy delgados y cubrirlos con una capa de baja fricción

 

El equipo también se ha esforzado  en hacer que el sistema sea sostenible y asequible.

Ya ha sido probado en intestino sintético y en animales y está pendiente una patente para la tecnología.

 
 
 
 

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