Tecnología e investigación: una ayuda mutua para mejorar los procesos

Las tecnologías desempeñan un papel fundamental en los procesos de investigación y han conseguido  que los procesos y la difusión de la información sean más efectivos.

 

 
Las nuevas tecnologías que han experimentado una revolución sin precedentes en los últimos años están consiguiendo mejorar la investigación en el ámbito de la salud. Gracias al auge -o quizás como consecuencia- de la medicina predictiva,  están surgiendo nuevos modelos terapéuticos y de investigación que están mejorando la atención a los pacientes.
 
 
Estas tecnologías van a beneficiar claramente a profesionales de la salud, pacientes e instituciones, pero para ello es necesario analizar en detalla el papel que desempeña la tecnología en el sistema sanitario, así como la relación que existe entre la demanda real sanitaria y el desarrollo de nuevas tecnologías o
la formación de los profesionales en esas tecnologías.
 
 
Análisis de necesidades
 
Es necesario que cada institución u organismo conozca realmente cuales son sus necesidades para adaptar esas tecnologías. En general, la tecnología casi siempre incrementa el gasto, pero también hay que valorar lo que se obtiene a cambio, y ese delicado equilibro es el que prima actualmente en muchos países.
 
 
La tecnología implica costes y beneficios pero es inevitable su desarrollo ya que está jugando un papel insustituible en el desarrollo de la medicina.
 
 
No solo el paciente, sino toda la sociedad, tienen que poder acceder al cuidado de la salud y esto no es posible sin la tecnología. Y es aquí donde está el reto, ya que la innovación ha llegado pero no ha todos los ámbitos de la población. 
 
Hay que seguir desarrollando, formando y avanzando en este campo para que la tecnología sea realmente efectiva, ya que por si sola no es posible. Y el paciente es clave en esta ecuación para conseguir que industria e investigación, con la ayuda de la tecnología, vayan de la mano.
 

 

 
 

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