Pedro Martínez: “Con la impresión 3D hemos pasado de tener tres tallas a ofrecer una medicina a medida, como si fuéramos sastres”

Pedro Martínez Seijas es médico cirujano oral y maxilofacial, experto en impresión 3D, que trabaja en ámbito privado en el Hospital HM Vigo (España) y en ámbito público en el Hospital Clínico de Santiago (España). 

Su pasión por la medicina comenzó a los 11 años al estudiar en el colegio los huesos, los músculos y cómo funcionaba el cuerpo humano. Y esta vocación aumentó al ver la película de La Guerra de las Galaxias: El Imperio Contraataque, donde Darth Vader corta el antebrazo a Luke y le sube a una nave hospital donde le implantan un brazo biónico. “Esta imagen fue el germen y la duda para que en 1986 tras leer un artículo sobre prótesis biónicas pensara en hacer ingeniería biomédica o medicina, por la que finalmente me decanté. Aunque en el año 2011 cursé el máster en Ingeniería Biomédica”, nos confiesa Martínez.

Pero, ¿cómo era la tecnología que se utilizaba cuando estudiaba Medicina en la Universidad de Zaragoza?

Cuando empecé a estudiar medicina no teníamos acceso a internet, ni se usaban teléfonos móviles y los ordenadores eran escasos. El primer ordenador al que tuve acceso fue un Macintosh 128K con el que realizaba trabajos para la universidad. Recuerdo que todo era muy analógico en comparación con el mundo digital y de comunicación total en que estamos inmersos actualmente.

¿Existe un momento en el que la tecnología entra de lleno en la medicina o ha sido un desarrollo progresivo? 

El siglo XX esta jalonado de hitos tecnológicos como el desarrollo de la tomografía axial computarizada, la resonancia nuclear magnética, las prótesis para reposición de articulaciones como la rodilla o la cadera, la cirugía por laparoscopia, los sistemas de corte específico, usando el efecto piezoelectrico, entre otros. Por ello, no podemos decir que exista solamente un avance tecnológico.

En el caso de las impresoras 3D, empezaron a desarrollarse en 1984 cuando Charles Hull desarrolló el proceso de la estereolitografía. Sobre 1998 se empezó a usar la estereolitografía y otras formas de impresión 3D en investigación médica y no fue hasta el año 2000 cuando algunos comenzamos a usarlas en casos seleccionados en investigación clínica aplicada. La impresión 3D no es más que una herramienta, que precisa del conocimiento, pericia y recursos del cirujano para usarla.

“Las impresoras 3D empezaron a desarrollarse en 1984 cuando Charles Hull desarrolló el proceso de la estereolitografía pero no fue hasta el año 2000 cuando comenzamos a utilizarlas en casos seleccionados”

¿Qué ventajas proporciona la impresión 3D en medicina?

Se trata de un salto cualitativo impensable cuando comencé a estudiar medicina. La impresión 3D ha traído consigo el poder diseñar y fabricar prótesis a medida individualizadas, simular y practicar sobre copias exactas del paciente antes de operarle o incluso fabricar instrumentos “ad hoc”, que nos conecta con los cirujanos de otras épocas que fabricaban su propio instrumental.

Hemos pasado de tener tres tallas -grande, mediana y pequeña- a ofrecer una medicina y cirugía a medida, como si fuéramos sastres o modistas. La impresión 3D ha llegado, de momento, para quedarse. Aunque es posible que la medicina regenerativa, la impresión de tejidos o la impresión de órganos la releguen en parte dentro de unos años.

“La impresión 3D ha traído consigo el poder diseñar y fabricar prótesis a medida individualizadas, simular y practicar sobre copias exactas del paciente antes de operarle y fabricar instrumentos ad hoc”

Podría explicar brevemente cuál es el procedimiento que se seguiría para la utilización de la impresión 3D con un paciente

Se toma la información del paciente de una tomografía axial computarizada y se pasa a un ordenador, donde un ingeniero transforma esa información en un biomodelo virtual sobre el que se puede empezar a trabajar para después imprimirlo en distintos materiales en 3D.

Este un proceso mutidisciplinar se puede comparar con una gran orquesta, en la que el director -que en este caso es el médico o el cirujano- debe conocer los procesos de fabricación y los biomateriales, además de ser capaz de trabajar y dirigir a los ingenieros de diseño y producción para generar el biomodelo virtual, el biomodelo impreso y simular cirugías. Todo ello con el fin de ofrecer una mejor solución a los pacientes.

¿Cualquier parte del cuerpo se puede imprimir en 3D?

En teoría sí, pero la que mejor se identifica es el hueso. Por ello todos los médicos y cirujanos que trabajen con hueso son susceptibles de usar la impresión 3D para tratamientos complejos. En mi caso, he estado trabajando con equipos para imprimir otras partes del cuerpo como músculos, vasos sanguíneos y piel.

“En teoría cualquier parte del cuerpo se puede imprimir pero la que mejor se identifica es el hueso. En mi caso, también he trabajado para imprimir otras partes del cuerpo como músculos, vasos sanguíneos y piel”

¿Es España un país desarrollado en este tipo de tecnología en comparación con otros países? ¿Sabría decir en qué posición se encuentra México? 

Tanto en España y México como en casi todos los países desarrollados, la impresión 3D está por explotar, siendo aún desconocida por los políticos, directivos sanitarios, médicos y profesionales sanitarios en general. Por ejemplo, en el discurso del Estado de la Unión de 2013 el Presidente Barack Obama hablaba sobre la impresión 3D como “una tecnología que tiene el potencial de revolucionar la forma en que hacemos casi todo”. Sin embargo, hasta el año 2013 tan sólo 167 pacientes se habían beneficiado de ella.

¿Existe algún caso de éxito que se pueda mencionar con esta tecnología?

Desde 2001 que fue nuestro primer caso de éxito en el que usamos la impresión 3D para simular una reconstrucción mandibular hasta junio de 2018 cuando realizamos el implante de una prótesis de titanio de casi toda la mandíbula impresa en 3D, tan sólo 295 pacientes se han beneficiado del uso de esta tecnología -con 450 biomodelos virtuales y 278 biomodelos impresos en 3D-.

¿Cómo cree que será el desarrollo de esta tecnología en los próximos cinco años?

En el ámbito médico, los gobiernos junto a las empresas tendrán un papel preponderante en la aplicación directa en casos complejos. Los médicos deberemos aprender ingeniería biomédica: desde biomateriales, resistencia y fatiga de materiales hasta corrosión, estudio de elementos finitos, diseño de estructuras y su tolerancia con los ingenieros. También será importante conocer la gestión para llevar a cabo procesos más eficientes, controlando costes de oportunidad y así llegar a más pacientes. Asimismo, deberemos crear un ecosistema de trabajo en red de impresión 3D.

Mi sueño es poder llegar al mayor número de pacientes para dar soluciones personalizadas en la sanidad pública. Espero que podamos conseguirlo en los próximos años ya que éste es mi objetivo desde hace casi dos décadas.

Pedro Martínez será uno de los ponentes presentes en el próximo evento de Healthnology que tendrá lugar el 20 de febrero en México bajo el título: ‘Impresión médica 3D. Innovación orientada al paciente hecha realidad’. Nos ha desvelado que hablará principalmente sobre los hitos conseguidos gracias a la impresión 3D desde un punto de vista multidisciplinar. Además, nos revelará los resultados obtenidos con su actual trabajo sobre un caso de anquilosis. 

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