La tecnología, una herramienta básica para proteger la piel

La dermatología es otra de las áreas terapéuticas que se ha beneficiado de la tecnología. Con el apoyo de la Inteligencia Artificial puede ser una herramienta para diagnosticar enfermedades cutáneas.

 

La dermatología ha sido el penúltimo campo en aprovecharse de la innovación y la tecnología. Un diagnóstico a tiempo es muy valioso, también cuando se trata de enfermedades relacionadas con la piel, por lo que cuanto antes llegue, mejores resultados se conseguirán con el paciente. 
 
En ocasiones, el paciente no es capaz de reconocer un síntoma anómalo relacionado con su piel, y por tanto, no tiene la posibilidad de acudir al médico. Por este motivo, ciertas herramientas son muy eficaces para diagnosticar y tratar.
 
 
En los últimos meses han surgido diferentes técnicas que han contribuido a localizar y diagnosticar posibles lesiones en la piel como la Inteligencia Artificial (IA), herramientas deep learning o diversas  aplicaciones, etc. 

 

 
Algunos ejemplos
 
 
La IA y las herramientas deep learning o de aprendizaje profundo juegan un papel destacado a la hora de comparar resultados diagnósticos. Procesamiento de imágenes, comparativas y un buen algoritmo pueden conseguir resultados espectaculares.
 
 
 
Las diferentes aplicaciones se han aprovechado también de los smartphones para crear aplicaciones de autodiagnóstico cada vez más eficaces y las grandes tecnológicas han visto su potencial y se han sabido aprovechar, en este caso también para beneficio de la dermatología.
 
 
La robótica ha sido otra de las aliadas de la dermatología. Son muchos los robots que han realizado exploraciones de la piel y han ayudado al diagnóstico precoz. Su precisión es fundamental para actuar sobre algunas lesiones con la mínima invasión del resto de los tejidos.
 
 

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