La tecnología, clave para «democratizar» el acceso a la salud en Latinoamérica

La tecnología puede ayudar a democratizar el acceso a la salud y a crear servicios seguros y asequibles, según indican algunos expertos de las principales organizaciones mundiales de salud. Se está demostrando que utilizada correctamente, la tecnología pude reducir costes y acortar tiempos de consulta, de manera que se mejore la relación entre médico y paciente y haga a los facultativos más empáticos. Sin embargo, esos mismos expertos son conscientes de que en regiones como América Latina algunos profesionales de la salud todavía se resisten a hacer uso de las opciones tecnológicas a su alcance.

 

La inversión es un factor clave pero a veces no es suficiente el dinero que se destina en los difentes países latinoamericanos. Según el informe Perspectivas de la OCDE en ciencia, tecnología e innovación en América Latina en español, la salud y la ciencia médica no siempre se sitúan en los puestos más destacados de gasto. Afortunadamente las prioridades nacionales se están modificando y reflejan cada vez más los crecientes retos sociales mencionados, como el cambio climático o el uso de la tecnología en el ámbito sanitario.

 

Otro dato importante del estudio es que, en años recientes, las instituciones de beneficencia y fundaciones se han dedicado a financiar cada vez más la investigación universitaria en el área de la salud, donde a menudo apoyan investigaciones sobre enfermedades atípicas. Esto causará un impacto en las agendas futuras de investigación pública.

 

Por su parte, según el informe Tracking Universal Health Coverage: 2017 Global Monitoring Report realizado en conjunto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial, al menos la mitad de la población mundial está privada de servicios de salud esenciales. En este sentido, representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en México, destacan que en los últimos 40 años no se ha avanzado en el combate de la inequidad en la atención a la salud y alertan del peligro de que se acentúen diversos mecanismos como la segmentación y fragmentación de los sistemas de salud.

 

En el caso de México, por ejemplo, estas mismas fuentes indican que el país es el segundo miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el que el paciente ha de destinar más recursos propios para recibir tratamiento. De esta manera, el llamado gasto de bolsillo -lo que tiene que poner el paciente de su propio dinero para atender las enfermedades- supone el 45 % del gasto total de salud en el país.

 

Se incide en el hecho de que pese a que se han hecho múltiples esfuerzos, habitantes de regiones como América Latina siguen teniendo acceso a los sistemas de salud de acuerdo a su situación económica.

 

El reto a conseguir en el futuro inmediato pasa por mejorar el acceso a nuevas tecnologías que pueden cambiar la realidad en la que hoy se encuentra el acceso a la salud.

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