La Inteligencia Artificial y las imágenes en 3D se unen ante el parkinson

L as aplicaciones de la Inteligencia Artificial (IA) parecen no acabar nunca. Cada día aparecen nuevas utilidades de una herramienta cuyas aplicaciones al sector salud no terminan nunca. Ahora, un proyecto que combina la IA con imágenes en 3D asegura el diagnóstico del Párkinson. 

 

La Universidad de Córdoba  y la Unidad de Medicina Nuclear del Hospital Universitario Reina Sofía han presentado una herramienta que combina imágenes en 3D e inteligencia artificial para diagnosticar  distintos grados de afección del Parkinson.

 

Según ha comunicado la Universidad de Córdoba, los diagnósticos no diferencian si el paciente tiene o no la enfermedad. Sin embargo, el grupo de investigadores ha desarrollado un sistema que permite especificar la fase en la que se encuentra, diferenciando entre cuatro tipos de estadios diferentes en función de la gravedad.

 

Algoritmo matemático

 

La nueva tecnología desarrollada por la institución andaluza ha combinado imágenes en 3d con IA, de forma que analiza vóxel a vóxel (el equivalente a un píxel 3D), más de  más de medio millar de fotografías cerebrales de personas con síntomas compatibles con la enfermedad.

 

El resultado es un algoritmo matemático que, tras haber procesado toda esta información, es capaz de estimar, una vez escaneada la imagen del cerebro del paciente, el grado de afectación de la enfermedad en función del daño neuronal.

 

Así, esta herramienta realiza esta estimación de forma automática, un diagnóstico inicial que, por supuesto, luego tendrá que certificar el personal médico con las imágenes delante. El algoritmo puede determinar qué zonas escaneadas del cerebro son las más importantes y, por tanto, en las que el personal especializado debe centrar su atención para confirmar el diagnostico.

 

El Parkinson es una enfermedad que afecta a siete millones de personas en todo el mundo. Para estas personas,  la patología produce una pérdida de densidad de las proteínas encargadas de transportar la dopamina, un neurotransmisor esencial en el control del movimiento. Las imágenes en 3D pueden detectar la densidad de estas proteínas y establecer los lugares cerebrales en las que se encuentran, por ello, su localización ofrece pistas sobre la gravedad de la enfermedad.

 

Con esta tecnología se puede establecer con mayor exactitud la fase en la que se encuentra esta afección podría ayudar a ajustar la cantidad de medicación necesaria y determinar, así, un mejor tratamiento para una enfermedad crónica.

 

 

 

 

 

 

 

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