Chatbots y asistentes virtuales para luchar contra las enfermedades cerebrovasculares

L os grandes avances en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cerebrovasculares de los últimos 10 años se han producido gracias a desarrollos tecnológicos del ámbito de la neuroimagen y el neurointervencionismo.

 

 

La  evolución de la era digital está mostrando su capacidad para transformar todos los aspectos en la atención sanitaria de los pacientes con enfermedades cerebrovasculares, tanto para el diagnóstico,  pronóstico y tratamiento de la fase aguda como para la prevención, seguimiento y rehabilitación de la fase crónica.

 

Con esta premisa, la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha publicado su manual de nuevas tecnologías en enfermedades cerebrovasculares.

 

Tal y como indican en su manual desde la SEN, la era digital está mostrando su capacidad para transformar todos los aspectos enla atención sanitaria de los pacientes con enfermedades cerebrovasculares, tanto para el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la fase aguda como para la prevención, seguimiento y rehabilitación de la fase crónica.

 

 

Nuevos modelos y patrones

 

La inteligencia artificial (IA) es capaz de identificar patrones y modelos para la clasificación diagnóstica y pronóstica, así como asistir en la toma de decisiones. También ayuda a acelerar y automatizar procesos como la adquisición y análisis de neuroimágenes, detecta mediante procesamiento del lenguaje natural trastornos del lenguaje o entrena chatbots y asistentes virtuales para la rehabilitación o el soporte al diagnóstico.

 

Los biosensores como los acelerómetros, micrófonos o cámaras apoyados por IA permiten obtener automáticamente medidas cuantitativas objetivas sobre los déficits neurológicos de los pacientes.

 

Los exoesqueletos, los robots asistenciales, la realidad virtual y aumentada y los interfaces cerebro-computadora están reformulando los paradigmas tradicionales de la rehabilitación motora y cognitiva. Por último, las herramientas de telecomunicación e información como los smartphones o las redes sociales hacen más eficiente la coordinación entre los sanitarios y facilitan la educación sanitaria y la comunicación con el paciente.

 

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